Cuando entré en el campus de Harvard, pensé que lo había logrado. Pensé que eso era todo.
Yo estaba muy equivocado
Junto con los recuerdos de los increíbles momentos que pasé allí, tengo algunos que reflejan las dificultades que enfrenté para superar todo esto. Creo que estos son similares a los experimentados por los estudiantes universitarios de primera generación.
Recuerdo estar en la cama, acostado en posición fetal mientras las lágrimas corrían por mi cara. Sentí que estaba en un pozo profundo del que nunca saldría. No sabía por qué, pero me sentía triste, enojada y avergonzada. Sentí como si algo estuviera mal conmigo. Entré en Harvard, pero no siempre sentí que pertenecía allí. Y sin embargo, sabía que no podía rendirme. Trabajé demasiado para entrar y no pude decepcionar a mi familia.
Años después, me enteré de que experimenté un gran impacto cultural cuando llegué a la universidad. Fue un alivio saber que mis fallas no fueron porque no era lo suficientemente fuerte.
Durante mi primer año, me orienté y empecé a sentir que pertenecía. Tenía un sólido sistema de apoyo establecido con amigos increíbles y grandes organizaciones estudiantiles. Encontré mi lugar.
Este cambio que vi en mi mismo también coincidió con un cambio en las clases que estaba tomando. Cambié mi concentración (especialización) de Economía a Antropología Social y me enamoré del material que estaba aprendiendo. Estudié las características y los orígenes de diferentes culturas, mientras me enfocaba en la inmigración. Por primera vez en mi vida, fui expuesto al contenido al que me sentía conectado. La inmigración no era solo un tema que estudié, sino algo que formaba parte de mi vida desde que nací. Mis padres constantemente compartían sus historias conmigo, ayudándome a entender su viaje a este país. Al ver el valor que tenía que agregar en estas clases, pude hacer conexiones con el valor que podía proporcionar a la universidad.
Estas clases también ayudaron a consolidar mi creencia de que las historias de inmigración pueden agregar valor a nuestra sociedad. Actualmente estamos viviendo en un clima donde los inmigrantes documentados y los indocumentados están siendo frecuentemente vilipendiados en los medios de comunicación. Escuchamos innumerables historias de detenciones y deportaciones. Nunca ha sido tan urgente aumentar la cantidad de historias de inmigración en el mundo.
Necesitamos historias para contrarrestar la retórica negativa que se ha apoderado de los medios de comunicación. Con mi blog, espero agregar al creciente banco de historias que hay sobre las vidas de los inmigrantes y sus familias.
